El pasado 29 de octubre, muchos municipios de la provincia de Valencia quedaron arrasados a consecuencia de la DANA. La vida de muchas valencianas y valencianos (los que no lo son de nacimiento también lo son de corazón) se vio truncada, paralizada y destrozada de repente.
Ante la magnitud de la tragedia, muchas personas a nivel individual y muchas a nivel colectivo se movilizaron para prestar muchos tipos de ayuda y soporte. Y en esta ocasión, como no podía ser de otra forma, el colectivo de terapeutas ocupacionales supo estar a la altura. De hecho, fue tal el apoyo que sobrepasó cualquier expectativa.
Inmediatamente se organizó recogida de fondos económicos y lo que es más importante aún: presencia de terapeutas ocupacionales en los territorios afectados. El pensamiento constante eran las “víctimas invisibles” que esta tragedia iba a causar y cómo podíamos evitarlo. Desde entonces, se han hecho ya más de cinco acciones organizadas y más de 150 intervenciones directamente con personas.
Son muchas las personas, instituciones y entidades que están colaborando y trabajando de forma muy activa con nosotras y sin las cuales no sería posible llevar a cabo toda esta labor. En este momento no las nombro una por una porque aún se unirán algunas más y no quiero dejarme a ninguna. Lo que sí quiero hacer ya es AGRADECER DE TODO CORAZÓN vuestro cariño, profesionalidad, tiempo, dedicación, apoyo, esfuerzo y pasión.
La señora mayor que pudo salir de casa por primera vez tres semanas después de la catástrofe y ver su barrio y saludar y hablar con las vecinas, las personas con discapacidad que vuelven a tener actividades y algo de rutinas, la familia con una persona con Alzheimer que puede volver a movilizar a su madre gracias a la grúa y a la silla de ruedas proporcionadas, la chica que tiene unas muletas y puede seguir haciendo sus ocupaciones diarias, la familia que después de quince días ve que su hijo con discapacidad se vuelve a duchar, el chico que vuelve a tomarse su medicación…
Las niñas y niños con trastornos del espectro autista que vuelven a tener una rutina que les ayuda a regularse y las madres y padres que tienen unas horas de respiro, la mujer encamada que es movilizada y revisados sus productos de apoyo, la mujer cuyo andador especial es arreglado de forma coordinada por estudiantes y otros profesionales amigos, el hombre no sabe manejarse con las tecnologías y ahora ya sabe dónde está el problema, el grupo que sale por unas horas de la zona afectada y consigue sacar de su vista y sus pensamiento la situación tan agotadora en la que están viviendo…
La mujer que consigue un poco de respiro mientras su madre con problemas de salud mental vuelve a realizar algunas actividades de la vida diaria, la mujer que puede ponerse los calcetines sola por primera vez en su vida… Y tantas y tantos valencianos que han podido recibir atención de este increíble grupo de personas que son las terapeutas ocupacionales, tanto de las voluntarias como de las valientes que han decidido trabajar en este maravilloso y difícil proyecTO construido entre todas.
Muchísimas gracias desde el corazón de esta valenciana y del resto de valencianas y valencianos que estamos teniendo la fortuna, en este momento tan duro, de conocer y encontrarnos con maravillosas personas, ángeles en palabras de una de las personas atendidas, que están haciendo más humano, más fácil y más sano este camino que nos ha tocado recorrer.
Siempre estaréis y seréis parte de nuestro corazón.
Inmaculada Iñiguez – Presidenta del Colegio Oficial de Terapeutas Ocupacionales