La inactividad en la residencias: Reflexión de un terapeuta ocupacional

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La generación grandiosa (1901 – 1927) y la generación silenciosa (1928 – 1945) que hoy ocupan nuestras residencias, comparten la vivencia del periodo histórico más hostil del que tenemos memoria, el desconocimiento del Estado del bienestar y una cultura de trabajo que las generaciones posteriores, consecuencia de la bonanza, han perdido progresivamente.

Trabajar en una residencia implica escuchar relatos. El lunes, Maruja te cuenta las rutas maratonianas que debía de hacer para ir a la escuela. El martes, Manuel comparte el listado de tareas que realizaba en el campo desde el alba hasta el ocaso. Y el jueves, 9 de mayo, Josefa recuerda el Día de la Victoria, pues vivía en Rusia cuando concluyó la Segunda Guerra Mundial. Una vida de tal intensidad supone un contraste contundente con la monotonía reinante en algunos centros geriátricos.

Ser ocupacional

El ser humano posee una naturaleza activa, lo que marca su necesidad de acción (Smith, 1969), y en consecuencia, su predisposición ocupacional. Esta motivación por el hacer constituye el componente volitivo que Gary Kielhofner describió en el Modelo de Ocupación Humana (MOHO).

La volición es un proceso resultado de la experimentación, la interpretación y la anticipación. La historia de vida condiciona la medida en que la persona tiene la voluntad de realizar o no una actividad, por lo que es fundamental conocerla para realizar una intervención holística.

Hacer uso de la volición cataliza la terapia y suscita adherencia al tratamiento. Paralelo pero desde otra disciplina, Friedrich Nietzsche establece un siglo antes el concepto de voluntad de poder, motor principal del individuo, que ambiciona lograr sus metas de acuerdo los valores únicos que lo rigen. La amanesis nos dará la información necesaria para que la elección ocupacional y nuestra propuesta terapéutica coincidan.

Ser rutinario

El hábito es la inercia conductual resultado del desempeño ocupacional reiterado. Lo que antes requería esfuerzo, se convierte en comportamiento semiautónomo mediante la repetición. Así, la economización en los recursos necesarios para el ejercicio compensa el posible déficit que la persona presente.
Un conjunto de hábitos constituye la rutina y ésta, en una residencia geriátrica más que en cualquier otro sitio, debe ser rica en contenido.

El ocio no puede convertirse en ociosidad. La persona necesita atención y estimulación. La televisión implica el rol pasivo del televidente y en el apartado anterior concretamos que el ser humano es activo. Destrezas motoras, cognitivas, sensoriales, sociales y emocionales (AOTA) deben ser incluidas.
Eventualmente, el patrón conductual y la identificación de la persona con el mismo constituirán el rol.

Podemos fomentar su identidad mediante el empoderamiento y la retroalimentación positiva. Ciertamente, Ubaldino no pudo volver a la huerta (pérdida de rol) al no ser capaz de recuperar la bipedestación, pero le ofrecimos ser la voz que leyese el periódico.

Al principio se mostró reacio, pero le convencimos recordándole sus pregones en el pueblo (historia de vida), y tras varias sesiones (habituación) gratificadas con el aplauso de sus compañeros (retroalimentación), es él, y no otro, quien nos informa todos los días sin falta y con puntualidad (identificación).

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Ser persona

La jubilación no puede implicar que la vida del anciano sea pura disponibilidad. Habremos tenido éxito el día que ofrezcamos a Enedina jugar a la brisca y nos responda “no, que tengo misa y luego gimnasia”. Rechazarnos implica una elección ocupacional que supone variedad de opciones (rutina rica) y autonomía (rol activo).

El modelo tradicional de intervención sociosanitaria se conformaba con mantener con vida, pero el modelo de Atención Centrada en la Persona (ACP) pone sobre la mesa la calidad de vida. Para lograrla, necesitamos que el residente retome o no abandones sus ocupaciones, y no sólo eso:

Volición: Que quiera hacer.
Significación (Rol): Que se identifique con el hacer.
Personalización (Historia de vida): Que sea su hacer y no el de la mayoría.

Juan Isidro Menéndez. Coordinador comisión de gerontología CGCTO y director de la residencia El Sueve.

Consultas:
1. Smith, M. B. (1969). Social psychology and human values.
2. Gary Kielhofner. Modelo de Ocupación Humana (MOHO).

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